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"El cambio es la única cosa inmutable" 

Arthur Schopenhauer

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¿Mockingbird 2.0?

Todos sabemos que la comunicación de masas ha sido siempre un arma más en todos los conflictos que se han producido a lo largo de la historia. Desde la interpretación de la “voluntad divina” en la antigüedad y el medievo o la difusión del “ideal revolucionario” de la época Napoleónica y pasando por la Guerra Fría, los medios de información, para bien o para mal, han sido el instrumento para justificar actuaciones políticas, intervenciones militares o crear la falsa ilusión del nosotros (los buenos) y ellos (los malos).


 


Durante las últimas semanas de 2018 se publicó documentación de un proyecto denominado "Integrity Initiative". La publicación no está libre de polémica; los que publicaron dichos documentos decían ser el grupo Anonymous, no obstante, cuentas británicas de Anonymous han negado tener algo que ver con las filtraciones. Tanto los miembros de Integrity Initiative, como personal del Foreign Office británico han acusado a los servicios secretos rusos de estar detrás de la filtración, pero recientemente algunos grupos de Anonymous sí que se han adjudicado la autoría y han publicado los documentos en sus páginas. Por ahora, quién está exactamente detrás de la filtración no está del todo claro, pero, ¿qué es Integrity Initiative? ¿A qué se dedica? Según los documentos publicados, Integrity Initiative es un proyecto del Institute for Statecraft, una organización benéfica similar a un Think Tank con base en Escocia. Entre sus operaciones más destacadas podemos encontrar la Integrity Initiative Phase II, la “Operación Moncloa” (que afecta a España) y una operación para diseminar noticias falsas y desprestigiar al líder laborista Jeremy Corbyn, todo ello bajo el amparo del gobierno británico. Actualmente el OSCR (regulador de las organizaciones benéficas escocesas) ha abierto una investigación acerca de las actuaciones del Institute for Statecraft y el partido laborista inglés está bastante indignado y acusa al gobierno británico de prácticas “poco democráticas”.


Primera página de uno de los documentos filtrados. Contiene el nombre de la operación y el símbolo del Foreign Office británico. El FO criticó la filtración, lo cual demostraría que son documentos genuinos y no alterados.

Ahora vamos a tratar de ahondar en las operaciones de ésta organización, lo cual requerirá la publicación de varios artículos. En primer lugar vamos a analizar la manera de operar de la ya mencionada Integrity Initiative. En futuros artículos nos adentraremos en la Operación Moncloa y en las actuaciones contra Jeremy Corbyn.


En la documentación referida al “Integrity Initiative Phase II”, aparece que entre los financiadores del proyecto se encuentra Departamento de Estado estadounidense, además es curiosa la presencia de Facebook y la OTAN que aportan dinero para las actividades “educativas” del proyecto. El Foreign Office británico en sí no parece financiar este proyecto, pero sí a la organización matriz, el Institute for Statecraft. La función del proyecto es la creación de un complejo sistema de “clusters” (grupos) integrados por periodistas, expertos en relaciones internacionales, políticos o incluso militares para “contrarrestar la desinformación rusa, la influencia maligna y la guerra híbrida en Europa y Norteamérica”, también se menciona someramente “el peligro de la influencia China y del Estado Islámico”. La descripción de sus planes va más allá y se reconoce que estos objetivos se lograrán a través del establecimiento de una red de redes de los ya mencionados expertos, formadores de opinión y responsables políticos para “educar a las audiencias nacionales”.


Objetivos del proyecto Integrity Initiative Phase II

Objetivos del proyecto Integrity Initiative Phase II

Esta organización no está integrada solamente por nacionales británicos, sino que cuenta con colaboradores en muchos países de la UE. Es decir, nos encontramos ante un entramado de personas con capacidad de influencia en la población de sus respectivos países que colaboran con un programa financiado, principalmente, por terceros países.


Este tipo de actuaciones no son nada nuevo y tienen precedentes. Un ejemplo clásico de éste tipo de operaciones fue la denominada Operación Mockingbird (Sinsonte), la cual se puso en marcha en 1948 por la entonces naciente CIA, sucesora de la OSS, y se desarrolló durante los años 50 y 60. La CIA aprovechó la red de periodistas que la OSS había creado en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, y junto con las inyecciones de dinero del Departamento de Estado, creó una gran red de influencia en los medios de comunicación no solo de los propios Estados Unidos, sino también de Europa. De ésta forma todas las noticias que llegarían al público a través de la televisión, periódicos y revistas, estarían controladas y las cadenas de información y periodistas afines al programa, observarían un generoso incremento de fondos en sus cuentas corrientes. La existencia de la operación y su modus operandi fueron admitidos ante el Comité Church del Senado estadounidense en 1973 por el entonces director de la CIA, William Colby.


Financiación del proyecto y fechas operativas.

Situándonos en el contexto actual, todos sabemos cuál es la retórica actual en Europa respecto con Rusia. Pero Integrity Initiative va más allá en sus postulados y se posiciona en la retórica neoliberal de los war hawks de la era Bush: Rusia es una dictadura que desea destruir las instituciones democráticas occidentales porque representan un peligro para ella. La verdad es que no hay que irse muy lejos para establecer paralelismos, es el mismo mantra que se ha empleado desde 1991, ya sea contra un país estratégico y rico en petróleo (u otros recursos) que no se somete a las demandas occidentales o un grupo terrorista creado, en principio, para desestabilizar ese país, pero que ahora se ha vuelto contra sus creadores (ejemplo Talibán y rebeldes sirios, entre muchos otros).


Integrity Initiative realiza en primer lugar un análisis de los países objetivo, en general suelen ser países que formaron parte de la antigua órbita de influencia soviética, pero también países en los que la población, según las encuestas nacionales, no muestre un grado suficiente de “preocupación por la amenaza rusa”. Más tarde se dedica a captar personas que ocupen puestos en medios de comunicación y en la política con cierto poder de influencia en la gestión y toma de decisiones, con especial énfasis en que puedan condicionar los mensajes que se transmitan a la opinión pública o revertir/influir en decisiones de ámbito político. Así se crean los denominados “clusters”. Suele ser bastante difícil obtener el apoyo de políticos o periodistas importantes, por ello es bastante común optar por reclutar a los denominados “formadores de opinión” en redes sociales como Twitter. Este proyecto se encuentra en su comienzo, todavía no ha alcanzado unas grandes cuotas de audiencia, pero sí logrado establecerse en varios países, de seguir así recibirán más financiación y obtendrán más poder, tal y como se menciona en los documentos filtrados.

Una de las tareas principales de los clusters, sería la de fomentar la versión de los hechos occidental en casos como el de Serguei Skripal, Litvinenko o el derribo del MH17, además de contra argumentar las denominadas "fake news" procedentes del gobierno ruso. Los documentos filtrados contienen incluso un cálculo aproximado del coste que conlleva la realización de las distintas fases del proyecto en cada país o grupo de países.

En esta operación juegan un papel importante los Think Tanks, instituciones integradas por expertos que aportan reflexiones sobre diversos temas, ya sean de ámbito político, social, económico y otros. La presencia de estos supuestos expertos en diversas áreas del conocimiento otorga a los clusters gran horizontalidad ya que tienen siempre a “expertos en x” tras sus espaldas, dando “veracidad” a lo que se requiera. Es decir, si es necesario publicar un artículo periodístico sobre el peligro de los hackers chinos, el artículo contará con las declaraciones o aportaciones personales de determinado Think Tank con supuestos especialistas en China, el pensamiento chino o en ataques informáticos chinos. De ésta forma se da por hecho que nadie cuestionará la veracidad del artículo, porque claro, si es un experto, ¿por qué nos iba a mentir? Hay que tener en cuenta que los Think Tank tienen su origen en la Corporación RAND, una sociedad de carácter militar estadounidense creada en 1948 por el estamento militar del país. Hoy en día estas instituciones, a pesar de que suelen ser sin ánimo de lucro, se caracterizan por determinada orientación ideológica y ofrecen sus servicios a partidos políticos, lobbies o simplemente al mejor postor. Un ejemplo de esto es el Atlantic Council, un Think Tank afín a la OTAN. Si se consulta la lista de contribuyentes (Honor Roll of Contributors) de este Think Tank, se verá que entre ellos aparece, por ejemplo, el “Ukrainian-Canadian Congress”, perteneciente al “Ukrainian World Congress”, una organización que representa a la diáspora ucraniana. Es evidente que si se diese la necesidad de redactar o proporcionar información relativa al conflicto Rusia-Ucrania, el Atlantic Council satisfará los deseos de ese congreso que les ha donado una generosa contribución, en vez de proporcionar una información objetiva e imparcial.


Breve descripción del plan de actuación del proyecto.

Volviendo a Integrity Initiative, cabe añadir que entre los destinatarios del programa no sólo se encuentran los ciudadanos comunitarios, sino también la diáspora rusa residente en la UE, así como población rusa, principalmente joven, residente en Moscú o San Petersburgo, que tenga la suficiente capacidad de influencia en redes sociales como para contradecir las versiones oficiales del gobierno ruso ante un gran número de seguidores. Es decir, no es simplemente un proyecto defensivo, sino que busca infiltrarse en la sociedad rusa e influir en ella. El problema de este proyecto es que no establece una definición clara de qué es una fake new, de manera que se puede catalogar como “influencia maligna” toda información o punto de vista que no coincida con la forma de percibir la realidad que el Institute of Statecraft desea. Todo tipo de cadenas de noticias, periodistas, personalidades o incluso políticos que no se amolden a lo considerado como “adecuado” pueden ser objeto de difamación por parte del proyecto Integrity Initiative, algo que ya ocurrió con el Coronel Pedro Baños o con el líder del partido laborista, Jeremy Corbyn. No obstante estos casos serán tratados más adelante. Si se visita la página web de Integrity Initiative y se leen sus artículos se ve que guardan bastante semejanza con las típicas webs de la alt-right estadounidense. Incluso a veces utilizan los mismos argumentos recurrentes, sensacionalistas y sesgados que se pueden encontrar en algunas versiones de los medios rusos RT o Sputnik, todo con el objetivo de tratar de convencer al lector de que lo que lee es la verdad absoluta.


Objetivos logrados por la fase primera del proyecto, países en los que se han establecido y las actuaciones posteriores que deberán llevarse acabo.

La principal víctima de proyectos como éste acaban siendo siempre los ciudadanos de a pie. Por ello cabe preguntarse: ¿hasta qué punto es el fin de éste proyecto creíble? ¿El objetivo es únicamente “combatir la propaganda rusa” o también manipular y distraer a la opinión pública europea en un momento de crisis social y económica dentro de la Unión? ¿Es la guerra híbrida informativa contra el Kremlin sólo una excusa más para someter a la población europea a un control más estricto sobre lo que ve, opina o comparte en los medios de comunicación y redes sociales?

Seguramente si les planteásemos estas preguntas a los miembros de organizaciones como Institute for Statecraft ellos mismos nos acusarían de ser una herramienta del Kremlin, porque no cabe cuestionar “la lucha contra la desinformación” al igual que en su día para algunos grupos y personas no cabía criticar la invasión de Irak en 2003 o la guerra contra el terror que tantas vidas sesgó y bolsillos llenó, porque criticar te convertía en un terrorista. Porque un ciudadano ruso que cuestiona las acciones y métodos de su gobierno es alguien que ansía la democracia y quiere mejorar su país, pero un ciudadano de la Unión que se cuestiona lo mismo respecto de las medidas en los países comunitarios es un bot, un traidor y un “tonto útil”.


Según la teoría de la espiral del silencio de la politóloga y periodista alemana Elisabeth Noelle-Neumann, el concepto de opinión pública no es más que la imposición a la sociedad de una concreta e interesada visión de la realidad. Por ello a los individuos no les queda otra salida que adaptar su actitud, pensamiento y percepción de la realidad a las tendencias predominantes en cada momento y circunstancia. Así las corrientes de opinión dominantes se perciben como las “vencedoras” y se crea un efecto de sumisión a la par que un sentimiento de protección entre aquellas personas que se adhieren a ese pensamiento mayoritario. En nuestras manos está elegir si queremos formar parte del rebaño de los “vencedores” ciegos y aletargados o de los ciudadanos despiertos y formados.


Nota del autor: Para cualquiera que desee obtener más información sobre Integrity Initiative puede visitar su web: https://www.integrityinitiative.net

También se recomienda la visita de diferentes portales de Anonymous, para ver y en su caso descargar los documentos filtrados, y compararlo con los argumentos que Integrity Initiative esgrime en su web como justificación de sus actividades: https://archive.cyberguerrilla.org/a/2018/operation-integrity-initiative-british-informational-war-against-all/

Las páginas y links donde se publican los documentos filtrados son susceptibles a ser eliminados.

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