Macrón, el flamante presidente de Francia, la gran esperanza neoliberal y de la jet set contra los populismos de ambos extremos comienza a tornarse una gran desilusión para los franceses.
Así lo hacen ver las últimas encuestas de popularidad que muestran una caída que le sitúa a un nivel incluso peor que su predecesor, el socialista Hollande, el Presidente más impopular de la República francesa.
Sondeo OpinionWay sept2018
Lo que está durando el quinquenato de Macrón se ha saldado con varias reformas que no han ido más que a aumentar el desencanto popular y la contestación en la calle. Por ejemplo, la reforma laboral apenas ha tenido impacto en la tasa desempleo estancada en torno al 9%.
Francia muestra también un agotamiento en el crecimiento económico, creciendo un 1,7% , 5 décimas menor que la del primer trimestre de 2018, cuando fue del 2,2%. En cuanto a la deuda, permanece alta debiendo el 98% del PIB y en un marco de reformas fiscales que tan solo exonera a los más ricos.
El Presidente galo ha de enfrentarse también a un escándalo público: “el caso Benalla”, una investigación propiciada por “Le Monde” en torno a uno de los guardaespaldas del presidente, Alexander Benalla, que fue grabado golpeando a manifestantes y utilizando de forma indebida credenciales de la policía. Este escándalo sobrepasa el acto de violencia puesto que Gérard Collomb, Ministro del Interior, y el propio Presidente Macrón, han sido acusados de intentar encubrir a Benalla. De esta forma, la polémica ha llegado a cuestionar acerca del poder que poseen los más cercanos al Presidente.
Sin embargo, esta situación no parece hacer despegar a los partidos de la oposición, ni a los partidos tradicionales, ni a los extremos. Por la parte del arco parlamentario izquierdo el Partido Socialista sigue enterrado en una intención de voto del 4-6% con Benoìt Hamon, su antiguo cartel electoral, formando un nuevo movimiento “Generations”. Por su parte, la extrema izquierda, La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon parece recoger el testigo de la oposición de izquierdas aunque con un exiguo 12-14%.
La parte derecha del arco muestra un partido conservador 14% desbancado por la actual mayoría liberal de los de Macrón y la extrema derecha de Le Pen con su nuevo “Agrupación nacional” que tras caer en los sondeos alcanza a los liberales en torno al 20% y se encuentra en empate técnico con los del presidente.
Los de Macron, siempre según los sondeos a las europeas, habrían perdido hasta 12 puntos: del 33% al 21%
Diversas encuestas para las E. Europeas recogidas en Wikipedia.
Vemos así que el empuje de Macron en las presidenciales de 2017, no fue tanto la esperanza de proyecto que proponía, sino un freno a la extrema derecha. Si bien, Macron no debería olvidar que la extrema derecha gana fuerza en Francia y está en auge en el resto de Europa, así como que las políticas neoliberales le costaron a su predecesor la Presidencia y un auge (efecto también de los atentados, no olvidemos) de la propia extrema derecha con la que se batió en las elecciones.