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"El cambio es la única cosa inmutable" 

Arthur Schopenhauer

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  • Foto del escritorSergio Román G.

Guía Para El Final De La Legislatura.

Actualizado: 12 sept 2018

Con el comienzo del nuevo curso político el nuevo Gobierno socialista, recién cumplido los 100 días de gracia, ha de enfrentarse a distintos retos. Un curso político a la espera de un más que posible adelanto electoral en Andalucía y que desembocará en un simulacro de elecciones generales con la triple cita electoral: Autonómicas, Municipales y Europeas en el mes de mayo. Quién sabe si aquí vislumbraremos el final de una legislatura con un adelanto electoral por parte de Sánchez.

© REUTERS / Sergio Perez


El Gobierno, aún lento y sin muchas intenciones de negociar con sus socios en la izquierda, intentó sacar adelante un techo de gasto (paso previo a presentar los Presupuestos Generales del Estado) que no respaldó más que el PNV*, dándose así un baño de realidad como Gobierno en muy minoría que decidió ser.

Además, para intentar sacar adelante los PGE2019, Sánchez deberá contar con el respaldo de Unidas Podemos y el de los soberanistas a izquierda y derecha, con los que ya se ha topado a la hora de revisar el IRPF a las rentas más altas*, condición de UP para apoyar las cuentas.


Junto con el reto de hacer unas cuentas que muestren que una política económica progresista es posible y buena para la economía macro y micro del país, el Gobierno tampoco ha de perder de vista el fin del programa de compras de bonos del BCE* en diciembre, algo que sin duda afectará al Tesoro español a la hora de endeudarse en el exterior con posibles tipos de interés más altos y los costes que esto traería.

Además de los retos económicos y fiscales a los que tendrá que plantar cara, se abren dos frentes más. Por un lado, Catalunya, esta vez a cuenta del espacio público y los lazos amarillos en solidaridad con los “presos políticos” y la nueva dirección del PdeCat*, ahora sí, afín a Puigdemont en el Congreso de los Diputados y que puede poner contra las cuerdas al débil apoyo parlamentario del Gobierno.

Por otra parte, la inmigración ilegal, y es que ante la política restrictiva y cuanto menos inhumana del Ministro del Interior italiano Salvini a la que se le suma la sobreexposición mediática en los medios españoles, la llegada de inmigrantes dispara la preocupación de ciertos sectores de la población favoreciendo así la "derechización" y la retórica de los partidos a la derecha del arco parlamentario y que ponen en jaque la nula política en inmigración de este Gobierno que por ahora se ha servido de gestos en cuanto al Aquarius* y el Open Arms*.


Si analizamos a la oposición...


Los populares, con un nuevo líder, Pablo Casado, buscan mediante el rearme ideológico de “la derecha española sin complejos” detener el ascenso que venía teniendo Ciudadanos en las encuestas desde la victoria electoral de Inés Arrimadas en Catalunya y que así venía recogiendo el CIS. Sin embargo, Pablo Casado podría ver comprometido cuanto menos su futuro político si el Supremo finalmente decide imputarle por el caso Máster* que ya se llevó por delante a la expresidenta madrileña Cristina Cifuentes.

Su principal línea política, al menos este verano, se basa en los saltos a la valla de Melilla y la inmigración, manteniéndose algo al margen de la polémica de los lazos amarillos tras la agresión a un cámara de Telemadrid en un acto de Ciudadanos.

Los Populares deberán también comenzar a decidir sus listas electorales para las elecciones municipales y autonómicas, gestionando seguramente un número inferior de puestos de salida debido a las perspectivas electorales por el tirón demoscópico, al menos, de los naranjas. En especial, tendrán importancia los cabezas de cartel municipales ya que la pérdida de poder municipal fue muy importante incluso perdiendo a las alcaldables antes de la mitad de Legislatura con la dimisión de Esperanza Aguirre en Madrid o la muerte de Rita Barberá y posterior disolución del grupo municipal popular en Valencia* mientras que en Barcelona lucharán por no salir del Pleno del Ayto.


Ciudadanos. Los naranjas antes de la moción de censura partían con cierta ventaja demoscópica ya que con el 1-O y el posterior “invierno rojigualdo” veían sus expectativas crecer. Sin embargo, con unos sondeos en los que superaban el 25%, ahora deberán gestionar un retroceso por el cambio de Gobierno, el cual tiene guiños hacia el electorado naranja, y el renovado liderazgo de su caladero de votos, el PP.

La unidad nacional y el anti independentismo son sus líneas generales de política. Además, están a la espera de la decisión de Manuel Valls* (exPrimer Ministro francés y fallido candidato presidencial de origen catalán) para dirigir su cartel a la Alcaldía de Barcelona mientras que, por otra parte, pretenden acudir a las europeas bajo un mismo paraguas con los de Macron*.


Unidas Podemos. Los de Iglesias han quedado descabezados este verano por la baja paternal de su líder y su Portavoza en el Congreso, lo cual han aprovechado para “pasear” nuevas caras por televisiones y protestas como han sido las de Ione Belarra (Portavoz adjunta), Noelia Vera (RTVE) o Rafael Mayoral (véase el conflicto del taxi).

Y es que, tras el fracaso del sorpasso del 26J y con un paso errante por esta Legislatura al no poder influir en el anterior Gobierno del PP, ven como ahora son el pilar del nuevo Gobierno pudiendo marcar las políticas del Ejecutivo. Aún así, las expectativas electorales por ahora son reducidas, siendo sin duda las municipales las que se presentan como su mejor prueba de resistencia con las candidaturas municipalistas de Madrid, Barcelona... y el debut de Iñigo Errejón como cartel electoral en la Comunidad de Madrid.


En España viviremos un final de Legislatura casi tan interesante como el final de la serie House of Cards. En nuestro caso, veremos si Sánchez logra renovar temporada y si los nuevos partidos consiguen mantener o ampliar su papel y no quedar relegados a un simple cameo en el sistema de partidos español.


Sergio Román G.

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