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El relator: una figura que visitó España hace 15 años

La figura del relator, habitual en el lenguaje de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se adentra en la democracia española de la mano del Gobierno de Pedro Sánchez, que acepta que un relator dé fe del diálogo entre partidos en Cataluña según se ha comunicado desde el Gobierno en las últimas horas.


 

¿Qué es un relator?

Esta figura de diplomacia internacional tiene varias definiciones. Según la RAE es una "persona que en un congreso o asamblea hace relación de los asuntos tratados, así como de las deliberaciones y acuerdos correspondientes". Hasta ahora, era la ONU la que utilizaba habitualmente esta figura, la de "un experto independiente designado por el Consejo de Derechos Humanos para examinar e informar sobre la situación de un país o un tema específico de los derechos humanos". Se trata, por tanto, de un experto independiente nombrado por el Consejo de Derechos de Naciones Unidas, al que se le asigna una determinada problemática en materia de vulneraciones de derechos humanos en casos como la tortura o el derecho a la vivienda, y que también puede tener un ámbito geográfico específico relacionado con la situación de vulneraciones de derechos humanos en un país.


Asimismo, cabe destacar que la figura del relator a la que ha accedido el Gobierno para la crisis de Cataluña no debe de confundirse con la figura de los relatores especiales creados en el ámbito de la ONU. La figura que se empleará en el conflicto catalán tendrá funciones relacionadas con la secretaría más que aquellas relacionadas a dar fe de los acuerdos que se producen en las negociaciones. De un relator se suele esperar que haga informes al Consejo de Derechos Humanos y en este caso, esta figura creada como consultor de derechos humanos no se ha creado en el ámbito de Naciones Unidas por lo que no tiene capacidad de representación internacional reconocida en todo el ámbito mundial.


Los informes de los relatores de la ONU desempeñan a menudo una función importante de alerta temprana de determinados conflictos. Un claro ejemplo que tenemos de la importancia de los relatores fue antes del genocidio en Ruanda de 1994, cuando el relator especial sobre las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias visitó el país e informó de que se habían producido actos graves de violencia étnica. Aunque no hace falta irse tan lejos para observar la figura del papel del relator.


En el año 2003, el relator especial de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU sobre la Tortura, Theo Van Boven realizó una visita a España para investigar acerca de las supuestas practicas de tortura en lo relacionado con las practicas antiterroristas. Durante su visita, el relator centró su atención en el tratamiento de presos, detenidos y convictos. Se reunió con autoridades del gobierno, del sistema judicial, del Parlamento, y de miembros de la sociedad civil de Madrid, Vitoria, Bilbao, y del País Vasco.


Finalmente, recopiló toda la información relacionada con presuntas prácticas de tortura y malos tratos, actos de violencia y terrorismo e incomunicación de detenidos y en el año 2004 concluyó de manera notoria que en España se recurría a la práctica de la tortura en el ámbito de la lucha contra el terrorismo de manera esporádica o incidental.

A pesar de su informe, las autoridades españolas se esforzaron en desacreditar su informe y rechazar sus recomendaciones sabiendo que dichas recomendaciones provienen de la propia Organización de las Naciones Unidas.

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