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"El cambio es la única cosa inmutable" 

Arthur Schopenhauer

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1 de mayo: olvidar, recordar, aprender

Texto publicado por primera vez en Blogger por el autor el 29/04/2017

La gente se olvida de las cosas con facilidad. Nos olvidamos como si no pasara nada de qué comimos ayer, de cómo se iba a aquel sitio o incluso nos olvidamos de decir “te quiero”.

 

La vida y su ritmo nos absorbe, y como cantos de un rio, nos dejamos llevar por la corriente.

Pero el problema es que hay cosas que no deberíamos olvidar. Y hace unos años, cuando todo parecía ir bien, olvidamos que todo lo ganado a lo largo de generaciones, se podía perder en apenas unos instantes.

Y así, por momentos, nos fuimos olvidando de que teníamos derechos que habíamos conseguido todos juntos, de que los buenos salarios no habían estado ahí siempre, para empezar a pensar que términos como “lucha de clases” o “pobreza” eran parte del pasado. En ese tiempo, ya habían comenzado a enseñarnos que nosotros no debíamos de tener necesariamente sueldos dignos, que eso era vivir por encima de nuestras posibilidades y que, si queríamos tener futuro, debíamos agachar un poquito la cabeza y tragarnos nuestro orgullo.

Pero algunos, más tarde que pronto, ya hemos salido de “esa escuela”, y vemos la realidad. Vemos como la lucha de clases nunca se detuvo, porque mientras los de abajo estábamos quietos, conformándonos, los de arriba no dejaban de moverse, llevándose nuestro propio dinero, y multiplicando el suyo a costa del nuestro y nuestros derechos:

Los salarios reales durante la crisis (nominales, que es lo que percibes), dividido entre la inflación, no han hecho más que disminuir en España. Esto ha provocado que los niveles de pobreza de renta en España (I. de Gini renta), nos pongan a nivel de Letonia, Rumanía o Grecia.

Lo estaban preparando todo para que llegado el momento de la debacle, ellos no se vieran afectados.

En los actuales tiempos, debemos reflexionar acerca de por qué hemos vivido tan relajados, por qué hemos permitido que nos recorten los salarios perdiendo calidad de vida, qué nos ha pasado para tener la peor situación laboral desde la Transición y no ir a la huelga general. Quizá haya sido por el abandono de los principales sindicatos, casi fusionados con el poder, dejando a los trabajadores solos y mal organizados. Hace casi un siglo ya Keynes advertía de que si los trabajadores no están organizados, perderán poder adquisitivo. Y qué decir de Marx. O es más; un Partido Socialista como el de primer tercio de siglo XX, junto con UGT, no permitiría esta situación. Los trabajadores se han ido quedando cada vez más solos.

Desde el inicio de la crisis hasta la salida de la Recesión, se había producido una transferencia clara de riqueza de las clases más pobres hacia las más ricas. Esto ha ocurrido tanto a nivel nacional como mundial.

Hemos olvidado demasiadas cosas, y recordado algunas, pero aún quedan muchas más, como hacer pedagogía sobre la conciencia de clase, para evitar que un trabajador que es pobre piense que forma parte de la clase media y además, que la derecha va a proteger sus intereses. Sigamos recordando cosas, sigamos recuperando ambición, las Plazas; renovemos los sindicatos y ampliemos al máximo la lucha en la calle, para que quienes dicen representarnos lo hagan de verdad.


Como conclusión, deberíamos ser conscientes de que cada recorte en materia laboral conlleva graves consecuencias. Más jóvenes migrando, más personas desahuciadas. Menor gasto en sanidad, menor inversión educativa, y al final, menos ingresos para el Estado para al final, justificar una reducción del Estado del bienestar. 

Solo pensemos, solo recordemos; solo aprendamos.

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